Hay lugares en Guatemala que no salen en los folletos turísticos, pero que tienen una energía tan poderosa que uno siente que llegó a un sitio sagrado. Así fue mi experiencia en la Isla de Topoxté, un antiguo asentamiento maya escondido en el corazón del Lago Yaxhá, en Petén.

Una isla con historia en medio del agua
La Isla de Topoxté no está a la vista desde la carretera. Está oculta, rodeada de vegetación espesa y abrazada por las tranquilas aguas del lago. Para llegar, tienes que subirte a una lancha desde el sitio arqueológico de Yaxhá, y navegar unos 10-15 minutos entre reflejos verdes y cantos de aves.
Cuando por fin se asoma la isla, algo cambia: el aire es más fresco, el silencio más profundo. Es como si la historia te recibiera sin decir palabra.

Explorando Topoxté: Un templo entre raíces
La isla es pequeña, pero tiene una fuerza inmensa. Al caminar por sus senderos cubiertos de hojas, empiezas a ver los restos de estructuras mayas que pertenecieron a un centro ceremonial postclásico (algo raro, porque la mayoría de ruinas de la zona son del clásico).
Aquí se encuentran templos restaurados, altares y plataformas. El templo principal tiene una escalinata flanqueada por raíces de árboles gigantes que lo abrazan como si quisieran protegerlo del tiempo. Es un sitio sagrado… y lo sientes.
Yo caminé solo por la isla. No había nadie más. Solo yo, las ruinas, el viento y unos monos aulladores que se dejaban escuchar a lo lejos. No hay guías fijos, así que puedes tomarte tu tiempo, imaginar cómo vivían los antiguos mayas, o simplemente sentarte a contemplar.

Cómo llegar a la Isla de Topoxté
El viaje dura unos 15 minutos, y puedes combinarlo con visitas a otros puntos del lago como Paxte o Cante si vas con guía.
Primero debes llegar a Yaxhá, uno de los sitios arqueológicos más impresionantes de Petén, pero mucho menos visitado que Tikal.
Desde la entrada de Yaxhá, se puede contratar una lancha en el muelle del lago (los precios varían, pero suele costar entre Q100 y Q200 por lancha privada).

